El significado simbólico del Mito
del Carro Alado, según Platón.
El mito del carro alado aparece en la obra Fedro de
Platón, con este intenta explicar la naturaleza tripartita del alma. Fedro es
uno de los diálogos platónicos, que fue escrito en el año 370 A.c.
En este mito Platón habla del alma, que está
representada por un auriga que conduce un carro tirado por dos caballos. Uno de
los caballos es blanco, hermoso, bueno, representa la parte noble y racional
del alma; el otro caballo es negro y feo, y
representa las pasiones del alma. El trabajo de este Auriga es dirigir el carro
(alma), pero este es un trabajo difícil. La fuerza del ala consiste en llevar
hacia arriba lo pesado, elevándose hacia el lugar en donde habitan los dioses
(mundo de las ideas, mundo inteligible, el cual no es posible apreciar con los
sentidos). El mundo donde viven los dioses es hermoso, sabio y bueno y hace
crecer las alas del carro; en cambio todo lo que es contrario al mundo de las
ideas y lo divino las hace perecer y le arrastra al mundo de las cosas
materiales, el mundo sensible, el mundo perceptible al ser humano a través de
los sentidos. Cuando cae al mundo de las cosas materiales, se encarna en un
cuerpo. Según lo alto que haya llegado este alma en el mundo de las ideas, el
cuerpo será, en relación con la jerarquía platónica, un amante de la sabiduría
(siendo lo más puro) hasta ocho otras cosas distintas, siendo la penúltima un
sofista y la última un tirano. Al acabar la vida de ese humano, el alma es
juzgada, si se ha dedicado al conocimiento de la belleza y la sabiduría volverá
al mundo de las ideas, y si no, se volverá a reencarnar en otro cuerpo.
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